Wednesday, July 04, 2007
Uno de esos días en los que era pequeño jugaba en una de las habitaciones de la casa de mis abuelos. No recuerdo a qué jugaba pero de pronto ya no podía salir de debajo de la cama. Habían pasado ya algunas horas y mi abuela me buscaba gritando mi nombre. Y sólo la escuchaba a lo lejos... Me daba pena gritar y que me viera debajo de la cama y peor aún la razón por la que estaba ahí. Al final no sé si ella me encontró o terminé por acercarla con mis gritos. Cuando me vio se rió, aayyy pinche loco me dijo, se fue y regresó con unas tijeras con las que me liberó: cortó aquella agujeta de mi tenis que no se rendía a mis dientes, una agujeta negra, babeada, amarrada como con mil nudos de la base de la cama… a mi cuello. A mi cuello atrapado. No recuerdo a qué jugaba. Y esto de escribir en un blog es parecido… aunque siga sin saber qué juego es…