Tuesday, September 08, 2009

Rotten y Elmorzo...

Esta mañana leí que Rotten vuelve a las andadas. La última imagen que vi de él, no tiene mucho, era un punk con al menos 10 perritos en la panza por nacer.
Seguía pelirrojo.
Para celebrar la noticia quise poner un video de PIL, mero pretexto, porque en realidad de todas las ciudades que visitarán no figura el defe ni guanatos; y a menos que tenga un amigo millonario con jet privado que me invite de fin de semana, imposible.
Decidí This is not a love song, que aún suena en los barecitos darkies de las ciudades darkies con maquillados darkies que siempre han estado separados del ambiente gay por una línea muy, muy, muy delgada.
Y cuando volví a ver el video, recordé a Elmorzo.
Gran compa. Veo a Rotten en este video y es como Elmorzo. Antes pensaba que más bien se parecía a Jooles Holland; de hecho, sigue teniendo de los dos.
Pero Elmorzo es el narrador más honesto que ha dado su generación. No sé en realidad qué significa el enunciado anterior hablando de generaciones, pero es verdad. Para mí, además, es el mejor cronista también del defe. Ni siquiera el mejor, el único; neta. Todos los demás son turistas queriendo conocer al defe; y si no me creen me vale; pero si a ustedes no y quieren comprobarlo, sólo hace falta leerlo.
Una vez Elmorzo, a quien la contracultura debe enormidades –pasa que él no se anda con mamadas de ser famosito-, a quien las Ultras y la Jessy Bulbo deben parte de su gloria –él fue quien incrustó el cd de las Ultras en la rockola del Bullpen-, me regaló su libro de relatos firmados bajo un seudónimo. Está pocamadre; lo más cabrón es que no sólo lo leo sino que lo releo; y releer a alguien es lo más chingón, supongo, la forma más honesta y además natural de rendirle tributo a alguien.
Hoy Rotten vuelve a las andadas ("veremos hasta dónde podemos llegar; la gente joven de hoy es muy insolente y agresiva"); hoy Elmorzo aunque vaya al gimnasio para mí siempre estará en las andadas, ese Morzo a quién alguna vez asaltaron en ese Mexico city donde lo puedes perder todo, hasta el corazón, y él, con el cuchillo en su panza, su panza de Rotten y de diez perritos, imploró al asaltante: al menos déjame un perrito para mi mamá, sí?