Mientras camino en telescopios ajenos que en saliva me han llevado a planetas galaxias… O en ojos de mar me han llevado a la Vía Láctea… o a una súper-nova, tuve el sábado a la galaxia enfrente.
Ahí estuvo, pequeño, Saturno con anillos de colores. Vi tras el cerrojo que mi nave ya no está estacionada ahí, donde la había dejado y me había dejado Lablanche; y me dio gusto. Ahí estuvieron las estrellas de Orión con polvito blanco de nebulosas. La Luna y una huella de alien. Y una galaxia que no recuerdo su nombre...
Ahí estuvimos todos con un lago y un cielo viejo.
Y mientras caminaba en telescopios ajenos yo deseaba que algún día, alguna noche, algún momento, despertaré y abriré las cortinas de mi habitación. Me tallaré los ojos y los abriré como soles y veré a la Tierra del tamaño de una pelota de fútbol que se hace cada vez más y más y más pequeña.
Ahí estuvo, pequeño, Saturno con anillos de colores. Vi tras el cerrojo que mi nave ya no está estacionada ahí, donde la había dejado y me había dejado Lablanche; y me dio gusto. Ahí estuvieron las estrellas de Orión con polvito blanco de nebulosas. La Luna y una huella de alien. Y una galaxia que no recuerdo su nombre...
Ahí estuvimos todos con un lago y un cielo viejo.
Y mientras caminaba en telescopios ajenos yo deseaba que algún día, alguna noche, algún momento, despertaré y abriré las cortinas de mi habitación. Me tallaré los ojos y los abriré como soles y veré a la Tierra del tamaño de una pelota de fútbol que se hace cada vez más y más y más pequeña.