Sus dardos nicaragüenses ya apuntan al suelo. Los míos la traspasan hasta la pared y sin tocarla.
Y es así como han quedado nuestros saludos. Ya no hay sandías en la boca ni lunares chuecos.
Se rompió algo y todos lo saben, incluso nosotros que sabemos no sabían lo de nostros: risas bailando en 110mts cuadrados; suicidas y asesinos mensajes de texto a deshoras; dardos en el blanco; manos mojadas; remordimientos de consciencia de tres segundos; despedidas obligadas.
Pero no pudimos sostenerlo ni ligarlo ni alimentarlo ni crecerlo ni darle algún sepelio correcto.
Se rompió algo por labor; pero echaré de menos lo que había... lo que habíamos afuera de todo eso y dentro de todo esto.
Y es así como han quedado nuestros saludos. Ya no hay sandías en la boca ni lunares chuecos.
Se rompió algo y todos lo saben, incluso nosotros que sabemos no sabían lo de nostros: risas bailando en 110mts cuadrados; suicidas y asesinos mensajes de texto a deshoras; dardos en el blanco; manos mojadas; remordimientos de consciencia de tres segundos; despedidas obligadas.
Pero no pudimos sostenerlo ni ligarlo ni alimentarlo ni crecerlo ni darle algún sepelio correcto.
Se rompió algo por labor; pero echaré de menos lo que había... lo que habíamos afuera de todo eso y dentro de todo esto.