Hasta el último momento el año sería desechable. Sugirió todo el tiempo y sugería aburridos autoexilios... Pero en ese año nuevo personal que inventaste gracias a una secta de veladoras un día antes a las 5:13am, tú y tu Gato de Cheshire sobre Palacio lo han rescatado con campanadas de cosas sin nombre. A mi vida también la han revisitado. Brindaré por eso. Por ser lo último que me ocurre... bueno por último...