Estarás en el cine descifrando si Peter O’toole actúa que está viejo o realmente ya está viejo. Yo tendré mis sienes ocupadas tratando de imaginarte, con tu amiga S, en una butaca desde donde brillan tus lentes-libélula.
Ya los estafilococos que dejaste hace unos días envían cartas sabor papel y preguntan por ti. Y por tu voz. Por tu voz por esa voz tuya que sabe a lluvia.
Te dije que esta mañana en el parque, tirado y a lado de una niña encontré un plan para tu ausencia. Me pides una probadita consolándome diciendo que no habrá miedo a lo que haga que sólo es curiosidad que no te asusta lo que hagamos. Pero como las canciones de J H Luna a esta idea debemos, frente a frente, partirla en rebanadas quedándote tú con la más grande; con esa porción que entonces podrás deshacer con las flechas de tus uñas pintadas de negro o comer como mazapán. Y asentir. O negarte.
Estarás en el cine descifrando a Peter O’toole cuando la abandonada cucaracha metalinalámbrica suelte una invitación -introducida por un ringtone que Placebo paga triste-. Pero no acudo… ya no acudo a esas citas, que la soledad no sirve acompañada.
Y entonces y en lo que tú estás ahí preferiré quedarme con tus estafilococos que inician una huelga para demandar que les otorgues tu voz que sabe a lluvia en la arena; preferiré quedarme a verte imaginando que estarás en el cine con S descifrando a Peter O’toole.
Imaginaré entonces que mañana tendremos una conversación:
- Peter actúa que está viejo o realmente ya está viejo?
-Cómo?... pero si llevabas tus lentes-libélula.
Pero lo que en realidad preguntarás es:
- Cuando esté viejita y a punto de morir -como Peter-... me llevas al mar?...
Ya los estafilococos que dejaste hace unos días envían cartas sabor papel y preguntan por ti. Y por tu voz. Por tu voz por esa voz tuya que sabe a lluvia.
Te dije que esta mañana en el parque, tirado y a lado de una niña encontré un plan para tu ausencia. Me pides una probadita consolándome diciendo que no habrá miedo a lo que haga que sólo es curiosidad que no te asusta lo que hagamos. Pero como las canciones de J H Luna a esta idea debemos, frente a frente, partirla en rebanadas quedándote tú con la más grande; con esa porción que entonces podrás deshacer con las flechas de tus uñas pintadas de negro o comer como mazapán. Y asentir. O negarte.
Estarás en el cine descifrando a Peter O’toole cuando la abandonada cucaracha metalinalámbrica suelte una invitación -introducida por un ringtone que Placebo paga triste-. Pero no acudo… ya no acudo a esas citas, que la soledad no sirve acompañada.
Y entonces y en lo que tú estás ahí preferiré quedarme con tus estafilococos que inician una huelga para demandar que les otorgues tu voz que sabe a lluvia en la arena; preferiré quedarme a verte imaginando que estarás en el cine con S descifrando a Peter O’toole.
Imaginaré entonces que mañana tendremos una conversación:
- Peter actúa que está viejo o realmente ya está viejo?
-Cómo?... pero si llevabas tus lentes-libélula.
Pero lo que en realidad preguntarás es:
- Cuando esté viejita y a punto de morir -como Peter-... me llevas al mar?...