Saturday, December 29, 2007

Árbol extendido...

Alguna vez me instruía sobre la poesía, de lo que representa una hoja en blanco, de cómo seleccionar las palabras precisas en una selección que radicaba en el vacío, en el vacío y no en las palabras en sí; en que la vida del poema, pues, no la daban las palabras sino lo blanco.
Desde hace unos meses el buen Oscar Cid de León ha llenado y/o dejado en blanco los espacios que debía. Hermano de ramas, me ha regalado un árbol que en breve presentará (avisaré): "El Árbol Interregno", lo cual es una gran noticia-sorpresa al ver publicado por fin poemas como "Por ejemplo" y "Gusano", que alguna vez, por cierto, usé para un dizque articuento sobre asesinos seriales.
Les dejo unas ramitas del buen Cid... Y a mi buen Óscar, que en este momento no hace más que leer historia, un abrazo urgente... gracias por este arbolito y su sombrita, en él grabaré mi nombre porque como me enseñaste que decía Cocteau, El árbol es mejor que el mármol / porque en él los nombres crecen.


Se anfíbracan
con los cuerpos desnudos.
Ella se desjintanjáfora
mientras él se jala la sinalefa.
Se troquean, se dactilan,
son capaces de soportarse el anapesto
y se asíndetan sin guardar la compostura.
Nada piensan,
cacofonan,
cocaesnifan...

Se escriben para adentro,
los amantes.

Río
No me bajan de imbécil porque una vez vieron que te besaba y me daba risa. Es que tengo problemas de lenguaje y prefiero hablar con las cosas que ya existen:

Te beso y me río

con todos sus peces y sus piedras.

Te veré en la tarde
Te veré en la tarde.
Llevaré galletas
y un gato que te acompañe.

Hablaremos del síndrome.
En dónde ha masticado
últimamente.

Te veré en la tarde si veo que alguien no te dejó otro
gato;
si me dan ganas de cruzar tu verja,
abrir la puerta y encontrar el mismo sitio.
Si me dan ganas
y menos miedo de ver
cómo
te has ido borrando
últimamente.