Friday, August 14, 2009

Jack tenía razón...

Capitán Barbossa: El mundo era un lugar más grande.
Jack Sparrow: El mundo sigue siendo el mismo. Simplemente hay menos en él.

El asunto fue así: Slim es dueño de casi todos los edificios del centro histórico. Para reactivar-invertir en la zona gestó lo que hoy se ha convertido en una moda irritante (como todas las modas): habitó sus edificios y departamentos con las ovejas negras de las 7 familias más ricas del DF (por cierto, sin cobrarles renta). La mayoría eran jóvenes o adultos contemporáneos desmadrosos clavados en drogas: buenosparanada de categoría pero claro, con un perfil de hippies y artistas de boutique, burgueses bohemios y hippie-fresas alternativos y demás contradicciones en los términos.
Así, el gordo millonario prestanombres rescató a estas ovejitas negras y al mismo tiempo ‘revivió’ rincones del 1er cuadro, donde nunca antes habían caminado hippies y artistas de boutique, burgueses bohemios y hippie-fresas alternativos.
Pero la propuesta fue la siguiente: habiten mis departamentos y espacios de esta zona de la ciudad, pero traigan a sus amigos (por supuesto, también millonarios), que además inviertan aquí. Quieren echar desmadre? Háganlo pero pongan un bar y así matamos dos pájaros de un tiro: sus familias ya no tienen más pleitos con ustedes por sus consumos de drogas; e invierten y ganan una lana. Y además, pueden terminar de escribir la novela, película, u obra de arte que su vena artística está haciendo y que seguramente cambiará el concepto del arte mexicano.
Y así fue como el centro de la ciudad de México fue secuestrado, comenzando con lugares como el Pasagüero. Así fue como el centro se ha hecho una sucursal de la Condesa y es la razón por la que ya el futuro no es lo que solía ser.
Fui a Regina de noche. Puta, quedó impresionante, qué linda que quedó la calle. Guapota. Recién maquillada y ahora con rentas que van entre los 4 a 6 mil. Y por cierto, para comprar en el primer cuadro, de acuerdo con el patronato del centro histórico, ya piden una serie de requisitos entre ellos dedicarse a la cultura; es decir, no pueden vivir ahí contadores, abogados o profesionistas que no quieran hacer obras de arte.
Ya no fui, era tarde, pero dicen que la pulquería también ha sido remodelada y ya parece El Tinacal (para que algún grupo de rock-cito mexicano vaya a filmar un video). El maquillaje ha sido completo; la misma slimafia ha arreglado las fachadas de las casas. La primera opción es comprarte la casa para remodelarlo todo y hacer un edificio con lofts; la segunda, si no aceptas, es dejarte ahí con un depa jodido por dentro, pero con una fachada impecable. Si vives ahí, éstas buenas y altruistas personas te lo hacen gratis. El rostro, los rostros, han cambiado: ya no hay negocios como antes sino enriquecimiento de los mismos de siempre. Esas 7 familias con sus ovejitas blancas y negras y además sus amigos. Ya no hay chida la banda.
Otra noche revisité ese lugar que bien podría llamarse Salga la Luna, la Luna y el Sol, y que lo mismo toca el primer disco grabado en vivo de los Rolling Stones, la rola Orion, de Metallica, que uno de El Papa Juan Pablo II (creo que son poemas). Salimos para ir a ese otro bar que permanece impunemente abierto. Pero tres artistas, a huevo que eran grandes artistas (dos ellas y un él) con una fiesta particular acabaron con la fiesta general cuando la rockola dejó de tocar las cumbias y salsas que siempre y más a esa hora toca, para ceder sus peticiones y sus monedas a baladas pop que ni recuerdo. La mesa de a lado con dos parejas pidió la cuenta. Lo juro, el señor que quería bailar estaba realmente emputado. A los minutos también pedimos la cuenta. La pista vacía.
Bonito centro, con la cara cambiada. Con la espantosa y de tan horrible imposible de describir, cara de Slim.
Habrá qué buscar nuevos lugares y esperar que la revista Chilango haga sus verdaderas labores de investigación como siempre hace introduciéndose a lugares peligrosos, para entonces encontrarlos y publicar reseñitas de 'los lugares más feos pero al mismo tiempo más cool para beber del DF', y dé fé a sus lectores para que vayan y consuman. Y se queden ahí a vivir e invertir.
Mientras, que la banda siga encontrando opciones; no saben que los lugares son/eran chidos simplemente por baratos.
Volveré al centro. Veré el River Pleit con mujeres de tacón formadas en la cadena que no existía. Y el glamour que no existía. Pasaré de largo y entraré al bar de la rubia que le va al América. Y veré cuánto tiempo soporto estar ahí, que me gusta: aunque con tacones, el Centro del DF sigue siendo y será mi novia.