Tuesday, June 09, 2009

And if the mountains should crumble...

Nos dimos lo poco... días de vacaciones; palmaditas caidas de mundos feéricos en forma de secretos; envolturas en júbilos de tristeza; promesas de tu y yo ya quedamos y que de la puerta cerrada para allá ruede el mundo; abrazos-ventilador; la personalidad múltiple por reflejo cuando eramos uno y ella era varias y yo era varios; la palabra casa con la que la mudanza, por ejemplo, se había hecho simplemente cargándola a ella y depositándola en otro lugar, sin la necesidad de cargar las cajas la sala los tapetes el buró...
Y todo me lo devolvió y se lo devolví entero...
Bueno, casi todos los dientes me los devolvió... sí, casi todos... Y me quedé sus plantas porque me gusta The Kid, de Chaplin, y ahí vi que él adopta en ese caso a un niño.
Por el no tan luminoso final de la historia... este fuego inolvidable, memoria entre la lumbre y las cenizas... de una chispa que iba más allá de fogata de cabaña.
Pero es que me apaga el andar brincando como si este mundo no brincara ya...
Rola de mis tiempos ancianos...