En su más reciente y quizá última novela, Juan José Millás (otra vez???!!!) cuenta una anécdota de pequeño que de gráfica que es, podría ser un cortometraje.
Era niño y soñó que escarbando en la arena se encontraba una peseta. Contó el sueño a su madre y no recuerdo si ese mismo día o después, fueron a la playa.
La madre le dijo a Juan José Millás Niño que escarbara en la arena. Obedeció y luego de unos minutos o segundos... apareció una moneda de una peseta.
Juanjo Niño fue corriendo hacia su madre con una felicidad que iluminaba la playa -no lo describe así pero así lo imagino-. Le dijo que su sueño se había hecho realidad.
Años después, muchos años después, en el sicoanalista, Juanjo Adulto concluyó que la moneda la había enterrado su madre.
"Era tan obvio!!!", explica más o menos.
Pero la anécdota, desde pequeño, le dijo que los sueños se cumplen.
Yo empiezo a ver una peseta... una peseta que viene color verde; y que han plantado personas-células-mías... y sí; por qué no? indirectamente una que otra cucaracha o serpiente.
Era niño y soñó que escarbando en la arena se encontraba una peseta. Contó el sueño a su madre y no recuerdo si ese mismo día o después, fueron a la playa.
La madre le dijo a Juan José Millás Niño que escarbara en la arena. Obedeció y luego de unos minutos o segundos... apareció una moneda de una peseta.
Juanjo Niño fue corriendo hacia su madre con una felicidad que iluminaba la playa -no lo describe así pero así lo imagino-. Le dijo que su sueño se había hecho realidad.
Años después, muchos años después, en el sicoanalista, Juanjo Adulto concluyó que la moneda la había enterrado su madre.
"Era tan obvio!!!", explica más o menos.
Pero la anécdota, desde pequeño, le dijo que los sueños se cumplen.
Yo empiezo a ver una peseta... una peseta que viene color verde; y que han plantado personas-células-mías... y sí; por qué no? indirectamente una que otra cucaracha o serpiente.