Wednesday, July 02, 2008

Tú primero

Él
La oscuridad me aterraba más que nada. Pero no por la misma oscuridad sino porque desde que vi leí o soñé con un hombre lobo pensaba que se me iba a aparecer así, de pronto. Era un niño. Él año y medio mayor. Una vez nos peleábamos, por mi culpa, y mi madre me castigó dejándome en las escaleras de la casa con las luces apagadas. Él estaba enojado conmigo porque antes lo había molestado... pero cuando mis gritos lo conmovieron fue a pelearse con mi madre, aún sabiendo que era mi castigo, aún estando enojado conmigo, para que me prendiera la luz.
Pasaron los años y los hombres lobo sí llegaron: me seguían en las calles, me los encontraba en la prepa con armas como boxers, en los bares, se metieron a las oficinas, daban patadas y golpes en el fut, hasta se convirtieron en mujeres también... y todo lo que más temía me disminuía. Pero sólo durante segundos gracias a él... porque siempre aparecía ahí para prenderme la luz de apagadores que no alcanzaba.
Lo más cabrón es que siempre ha estado ahí para que en ciertos momentos, incluso, me enseñara a prescindir de toda luz. A depender de mí como él de él.
Le tengo desde hace días un regalo. Sus chelas sus rolas sus máscaras su desmadre sus chistes su vida su fuerza sus regaños sus tres inolvidables no-te-caigas-cabrón!!!... eso lo lleva con él y siempre para mí, que aún me asustan los hombres lobo.
Feliz día sensei; feliz día hermano.
Feliz día para nosotros tus felices días-años, pinche Fredy...