Friday, May 22, 2009

El puño de Thompson…

Estoy convencido de que no sólo tenemos uno, sino varios Doppelgänger (en el folclor germano, el doble fantasmal de alguien. Cuando se encontraban la persona original y su contrafigura, era signo seguro de la muerte inminente de la primera). Pero no todos nos matan. Hay unos que al contrario, cuando los encuentras o frecuentas, te checan y afinan el motorcito ese que hace que a diario te levantes y te amarres las agujetas de los tenis para salir a la calle y a la vida y ver qué pasa.
Son Doppelgänger distintos.
Uno de mis dobles fantasmales es Mr. Bestia, al que recién vi en el 42GCIF donde como hace cuatro años, sólo que ahora solo, le robó la cobertura a todos los medios. Les dio una madriza, pues, aunque sean cosas que sólo interesen a los reporteros involucrados y que el lector ni imagina.
Se fue y me dejó cosas-ideas-charlas para reflexionar y profundizar todo un año.
La noche anterior en que la UNAM remontó el marcador contra el Puebla, al final del partido nos mensajeamos un ‘A güevooo. Un abrazo’, de ida y vuelta. Y hoy me entregaron unas calcas que mandé hacer y que ya pegué en los costados laterales y en la parte trasera del poderoso Mickis Blu-ays (así se llama el jeep aunque sea verde, y en honor a Mickey Blu-ays, otro de mis grandes Doppelgänger).
Ésta es la poderosa -y famosa- imagen. Ya mandé hacer otro juego para Mr. Bestia para que las pegue donde quiera, así como estampa palabras en quienes le seguimos en La Jornada.