Thursday, July 02, 2009

La Mocte Niüs informa...

"Estamos en chinga. Mientras todas las agencias del mundo cubren la resurrección, muerte y vuelta a la vida de Michael Jackson, nososotros estamos atentos del acontecer diario en el universo".
Lo anterior lo escribe Boris, La Araña Marciana, corresponsal.
Imagino que esas palabras las envia desde un escondite tempranero en algún punto electoral para detectar cualquier anomalía y enviarla por twitter; o desde un viaje de prueba espacial antes de ser obsequiado al cliente de Guinness, la cual es probablemente la mejor cerveza del mundo (la de barril, no las botellitas) y aunque los irlandeses digan que en su país en realidad es la peor. O lo imagino hablando con Michael Biggs para que liberen a su padre...
Las palabras de Boris también hacen recordar aquellas escritas en un papel que dejó para el infinito el comandante del submarino ruso K-141 Kursk, hundido con toda su tripulación en agosto del 2000, y que escribió desde la desesperación alcanzando altos niveles de una literatura que le salió a presión. Y a oscuras:
“Todos los tripulantes de los compartimientos sexto, séptimo y octavo, pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esa decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas”.
Boris se hunde con nosotros en el mar de Jackson (que si su herencia que si sus hijos que si el chango que lo acompañaba que si se drogaba que si hasta existe un pájaro que hace el moonwalk...). Y todo cuando... (no se dieron cuenta?) Jackson murió hace años! Si había qué hacerle un funeral debió haber sido hace tiempo cuando empezó a transformarse en otro; cuando él solo se sepultó a sí mismo. Creo, entonces, que en la historia de la humanidad Michael Jackson ha sido el único hombre que ha tenido dos muertes. Una, la real, cuando desapareció a ese niño que bailaba cagado con los Jackson Five; y la otra: aquella por inercia, aquella que los medios han seguido por nostalgia, y que es a la que hemos asistido este tiempo.

En fin, para cosas importantes, estas son las notas de Boris, corresponsal:

Sopa de cabeza humana para la locura.
Un matrimonio del suroeste de China creía haber encontrado una pócima para curar la locura de su hija: una sopa con la cabeza de un pobre hombre asesinado por un sicario, que no fue del agrado de la justicia, informó el martes el Diario de Comercio de Chengdu a esta agencia noticiosa.
En 2008, Lin Zongxiu, residente en la provincia de Sichuán, oyó que la preparación de una sopa con cabeza humana podría curar a su hija, que padecía problemas psíquicos desde hace siete años, según el periódico regional.
Ella y su marido, Luo Tianhu, contrataron a un secuaz a sueldo que mató en la calle a un transeúnte borracho de 76 años antes de decapitarlo.
Luego sirvieron a su hija de 25 años la sopa, hecha con la cabeza de la víctima y pato.
La justicia condenó el lunes al asesino a la pena de muerte, con la posibilidad de conmutarla por cadena perpetua al cabo de dos años, y a la mujer a un año de prisión condicional por haber facilitado la destrucción de pruebas.

Pasa 40 días preso en Turquía por comprar una piedra como souvenir
Ginés Pérez, un valenciano que se ha pasado 40 días encerrado en la prisión turca de Antalya, una pequeña ciudad en la costa mediterránea del suroeste de Turquía. Su delito comprar un regalo que resultó ser una piedra con más de 100 años de historia.
La ley turca prohíbe exportar bienes de interés cultural y antigüedades de más de cien años. Recuerda nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores en su página web que entran en esa “categoría objetos y antigüedades aparentemente de escaso valor”.
Ginés no leyó la web. El pasado 23 de abril viajaba a Antalya junto a su mujer. Regalo del Círculo de Lectores. Una semana de turismo. Un día antes de regresar a España aprovecharon dos horas libres para comprar recuerdos para la familia. Ginés eligió un trozo de piedra con unos grabados que vendía un joven en la calle, sobre una alfombra. “Seguramente si veo ahora esa piedra en el suelo ni la cojo, pero en el momento me pareció curioso”, recuerda ahora. “No era ni bonita, pero los turistas somos así”.
Pasó 28 horas en el aeropuerto, cinco minutos de juicio y 40 días atrapado en la prisión de Antalya
Diez euros y piedra a la maleta. El jueves 30 de abril Ginés y esposa llegan al aeropuerto de Antalya pero el escáner detecta algo. El matrimonio valenciano no se aclara con la seguridad de la terminal hasta que aparece la piedra e interviene un traductor de la agencia de viajes. La mujer de Ginés vuela rumbo a Valencia para no perder el billete pero él se queda en Turquía para aclarar el asunto.
Una hora después un técnico consultado por el aeropuerto confirma que la pieza tiene más de 100 años. Delito a la vista. A Ginés le esperan 28 horas encerrado en un cuarto del aeropuerto, un juicio de cinco minutos y 40 días atrapado en la prisión, 29 de ellos sin noticias de su familia.
“Llegué a la cárcel sin ropa, sin teléfono… No pude llamar a mi familia por la lentitud en los trámites del consulado y me pasé 29 días sin saber nada de nadie”, relata ya desde Valencia.
En la cárcel de Antalya -”cero higiene”, aclara- compartió módulo con otros 20 presos extranjeros. “Cuando eran más, dormían en el suelo”. Violadores, ladrones y traficantes que se convirtieron en sus mejores socios. “Parece increíble pero eran buena gente, ellos me dieron su ropa”, cuenta. “Sólo te preguntan ‘name’, ‘country’ y ‘problem’”. Dos días después de su ingreso llegó un francés con el mismo ‘problem’. Otra piedra antigua.
“La experiencia en prisión fue terrible. Teníamos dos horas de agua caliente por la mañana para todos los presos, sólo una visita al doctor a la semana y si enfermabas otro día no había doctor. Se compraba los jueves; yo llegué un viernes y no tuve nada en una semana. La comida nos llegaba en una olla que nos facilitaban por un agujero. Incomestible. Opté por no comer”.
Ginés, con diez kilos menos, volvió a juicio el pasado 9 de junio. Se enfrentaba a una posible pena entre 5 y 10 años de cárcel por “tráfico de antigüedades”. Esta vez, la juez si entendió que sólo era un turista. Quedó libre, sin cargos ni fianza. También sin piedra. “No la quiero ni ver”, bromea. Tampoco a Turquía. “Puedes estar seguro de que no volveré”.

Un iPod actua de pararrayos y salva la vida de una chica de 14 años
Una chica británica de 14 años de edad llamada Sophie Frost se ha salvado de ser fulminada por un rayo gracias a su iPod de Apple. Y no era un rayo cualquiera, se cree que llegó a los 300.000 voltios .
El caso es que estaba la chica y su novio estaban debajo de un árbol cerca de la localidad de Essex cuando derrepente se produce una tormenta de no te menees y cae un rayo encima de ellos. Y aquí entra en escena el heroico iPod (un regalo de la abuela de Sophie) y desvía el rayo hacia el suelo.

La primera muerte por usar Twitter
Una joven rumana de 17 años murió electrocutada cuando usaba Twitter en la bañera. La edición en línea del periódico The Mirror informa que María Barbu, la pobre chica, murió tratando de conectar el ordenador a la toma eléctrica, pero el portátil cayó al agua lo que le causó la muerte de esta joven de Brasov.
Las autoridades creen que el accidente sucedió porque María Barbu intentado conectar el ordenador a la corriente, con las manos mojadas, después de que la batería se acabara. La joven solía pasar mucho tiempo en la bañera usando Twitter y fue encontrada muerta por sus padres.