De por qué estoy aquí escribiendo esto, borrosos recuerdos, exes, Hi5’s y una fría tarde de Sábado
Por: Mickey Blu-ays
Invitado por –G- en uno de sus muchos hastaluegosperonuncaadiós, me dijo: Cabrón, si un día quieres escribir algo como freelance vagabundo a mi Capítulo 21 con mucho gusto te lo acepto, al fin ya ha pasado antes como con la agendita... Y no quisiera decir que abusé de la palabra de un hombre afectado por el estado del alcohol, porque yo también estaba en aires etílicos. Después de eso solo recuerdo que le dije gracias cabrón, le dí un beso en su siempre cabecita despeinada por los aires de aquí y allá. De pronto yo era Pasolini y tú eras “Accattone”. Una vez más, no fue el alcohol, fue el rocanrol.Por: Mickey Blu-ays
Pasó el tiempo como suele suceder, desde entonces venía masticando con la cabeza que poner que poner que poner, me dio la espina que el Capítulo 21 me daría chance de poner eso que por alguna u otra razón no podía poner en mi Rincón porque aunque fuera muy sincero lo que escribiera, desconfiguraría el muy inestable y frágil equilibrio del sistema universal al que estamos suspendidos. No voy a ser yo el que inicie el armagedón, aunque a veces así parezca. Se la pelaron. El Marmurio me da chance de mover la metafísica matemática sin comprometer nuestros universos y los paralelos.
Por fin la oportunidad apareció, el artículo aquí plasmado se gestó en más o menos seis meses de aquella plática. Jalé mis cuerdas nasales hasta hacerlas chocar con las vocales y lo escupí todo en un papel plasmado en el maicrosof güord de la pc.
No es secreto que como siempre, traigo el corazón despedazado, (que nunca se me note porque no le doy mucha importancia es diferente). El amor es cosa de personas con mucho tiempo y yo no tengo tiempo de cambiar mi vida.
Mi chica solía (¿o suele?, no lo recuerdo) ponerse celosa cuando por equis o ye cosa sale a flote mi ex (la chica que era mi chica antes de que ella fuera MI chica, sé que no es necesario aclarar que es un@ ex, pero quería poner esta línea), no se diga que era intolerante a aquellas ocasiones cuando por casualidad llegábamos a charlar por teléfono (más por cuestiones de trabajo que por otra cosa), o aquella ocasión que le dio esa encorajinada alergia lacrimosa porque la saludé de lejitos en la salida del metro. (Literalmente fue un hola con la mano, sin cruzar palabra alguna).
Sin embargo, alguna vez fuimos a un cumpleaños de un muyamigosuyo, que a la vez era una especie de reunión de su exescuela. Aquella donde conoció a su ex. Me dijo que era el cumpleaños, pero omitió la parte de la exreunión.
Omitió también el decirme quién era su ex. Sin embargo, ese superpoder especial instintivo de todos los humanos alojado entre la nariz, ceja, oreja y cachete me dijo: “Este es aquél...” Saben a lo que me refiero, todos lo tenemos y a todos nos ha pasado alguna vez (y si no ya les pasará...).
El susodicho en cuestión no sólo la saludó de efusivo abrazobeso, si no que se dio el lujo de contarle dostres cosas de su vida y preguntarle ¿cómotevacómotehaido?, ella por su parte me lo presentó, y yo como lobo herido, pero lobo salvaje a fin de cuentas, emprendí la enigmática tarea de saludarle de mano a él y fijarme muy bien en su rostro. Cada detalle de su rostro. Y es que...
Antes de que su ex, se volviera su ex, no era su ex. Era el oficial. Y yo un día la ví a ella de lejos, le pregunté a una conocida su nombre, y ante aquel comentario de: “ni te va a pelar, está bien clavada con su güey...” La señalé con mi dedo y dije: “Es mía...”
Así que se puede decir que yo se la bajé. Lo digo con orgullo, le ví el rostro con detalle porque quería llevarme la impresión mental de ver que chingados estaría haciendo ese güey cuando me conociera. Placer para mí a costa de esperar ver alguna especie de dolor ajeno. Todo el mundo ha tenido un momento así, quién diga que no, simplemente miente por razones políticas.
Después de ese momento que dura milésimas de segundo, su reacción fue falsamable hasta el grado de invitarme un Tequila (el cual negué), querer platicar conmigo ocasionalmente (lo cual se me hizo muy hipócrita de su parte) y hasta hacerme una pequeña jugarreta (la cual no me causó gracia).
Lo que sí me causó muchísima gracia, fue ver la cara de su hermana. A ella si no se le podía quitar la cara de “tú eres el hijo de puta que le quitó su novia a mi hermano”, mientras MI chica estaba conversando con ella. No me quitaba los ojos de pistola de encima.
A manera de cachetada de guante blanco, pasada la fiesta le exterioricé a mi chica que no me resbalaba que hubiera omitido esa información de la fiesta, que no me hubiera dicho que ese güey era él, (aunque ya lo sabía, pero quería que ella me lo dijera). Muy a fin de cuentas y por increíble que les parezca a ustedes queridos lectores, yo siempre le digo todo a mi chica. Aunque raye a veces en lo cruel o lo cínico. La realidad es la realidad.
Digo, el enojo está en que cuando mi chica me dice que su ex ya no tenía valor sentimental para ella yo le creo ciega y estúpidamente, cuando yo le digo que entre mi ex y yo ya no hay ni madres se encabrone, me haga berrinches cual niño maleducado y se olvide de aquella parte fundamental que una nuestra relación como concreto: QUE LA AMO.
El otro día venía yo de comprar un garrafón de agua cuando pensé, sin querer, ¿qué es de él en estos días?. Que conste que yo no estaba pensando en mi ex, de pronto me acordé de su ex. Ese otro día, estaba yo gestando este post en mi cabeza, como un imaginario de lo que pasó después de aquel encuentro. (Hoy obviamente no es así, sino tiene otra tonalidad).
Como breve intermedio me gustaría acotar que estoy seguro de que yo no le puedo preguntar a ella por su ex, porque automáticamente nos veríamos envueltos en una espiral de teléfono descompuesto en la que ella pensaría que yo todavía pienso en mi ex, aunque no es así.
El otro día (no ese otro día, sino otro día), mi chica abrió una cuenta en Hi5, al darme un rocanrol por ahí, me encontré con que tiene a su ex en su lista de amigos. Ya comenté que le creo ciega y estúpidamente cuando ella me dice que nanaís. Aunque si he de decir también que no sé que chingados hace con su mail entre sus filas... pero bueno. Como su ex es un elemento de irrelevancia a estas alturas no me voy a poner a discutir.
Lo que sí, para nutrir ese imaginario que estaba maquinando me dispuse a darme una vuelta por ese terreno inhóspito para mí. Algunos me tacharan de neurótico, pero yo me defiendo con aquella licencia de que: “no estoy desvariando, sólo estoy haciendo research”. Cual fue mi sorpresa, que en su galería de fotografías, están dos fotos muy tiernas de cuando ellos eran novios.
Ahora sé que por como se comportó aquel otro día, y por como lo confirmo en su hi5 puedo lanzar la mórbida teoría de que él aún piensa en ella, no la olvida, y que de seguro hasta me ha imaginado teniendo sexo con MI chica. (Aunque seguramente también él se masturba pensando en mi chica, el muy hijoputa).
Aunque igual todo esto puede ser parte de solo un imaginario.
Ya casi van a ser cuatro ciclos anuales cumplidos (tres realmente, debido a una ecuación distancial) de aquel memorable día en donde yo la señalé con el dedo. Y sí, no pienso en mi ex, pienso en su ex.
Hoy que escribo esto, venía yo de comprar un garrafón de agua (otro), y ví el cielo invadido por parcas nubes oscuras y algunas no tan oscuras, mientras lloviznaba escribí esto que les cuento aquí, y cuando la llovizna terminó me subí a la azotea de mi casa sin chamarra o suéter alguno a que me diera frío.
Subí a que me diera frío. Quería sentir frío.