Cada vez los hay menos. Otros, a estas alturas, se han convertido en adultos. Está bien; lo anormal sería ser el que uno ha sido siempre.
Y por eso es bueno ver a l@s que siguen pensando que son más importantes las ideas que la gente aunque sólo sea para escondernos en un rincón de alcohol y otros varios; aunque no queramos que nadie traiga el día para limpiarse lagañas de contradicciones; contradicciones que debemos tener, contradicciones que existen y lo anormal sería no tenerlas y que incluso a ellas y con ellas hemos sido coherentes. Incluso les tomamos afecto.
Aún hay gente a la que le importan más las ideas que la misma gente; es banda que no entendemos que nos pase lo que nos pasa. Pero por eso podemos rechazar a la gente y por eso nos desechan como basura o infectados de influenza, ni siquiera queriendo tocar las cosas que hemos tocado.
Yo prefiero, ya, vivir escondido dejando la parte de realidad que me corresponde a algún arquitecto o ingeniero o un político que son gente a las que les sirve la realidad. Que construyan un puente con esa parte mía que no quiero; o un edificio cuadrado; o que se embriaguen de poder. Y que les sirva lo que les he donado y sean felices con eso… mis libros robados, mi ipod robado, mis libros mojados que ya secos parece que en vez de agua sobrevivieron a un incendio. Tienen quemaduras. Y hay mucho de poesía en eso. Trágica azotada y melancólica poesía de libros quemados: quisiera cortar páginas a los libros que se salvaron, los intactos, y pegarlas quirúrjicamente a las hojas maltratadas y pensar que se regeneran y que sus páginas sus portadas cobran la piel que tenían. Ahora sí Clive Barker parece que salió de ultratumba.
Ya prefiero no saber; ya estoy cansado de pelear. Si quieren lo inmediato, lo fácil, lo digerido, búsquenlo encuéntrenlo y disfrútenlo que se lo merecen: lo que ganan lo que visten lo que usan a quienes saludan a los lugares a donde van las fiestas la pose la indiferencia el sabotaje la traición la maraña el no estar la lucha por causas justas como que se recicle o se ayude a los indígenas a construir sus techos se coma verde (ensaladas lechuguita y todo eso) se haga yoga y lean libros se promueva plaplaplaplapla...
Yo una vez más opto por lo inmediato también.
Y salgo.
Y apago la luz pero no por ahorrar energía sino porque siempre he apagado la luz en el día; y la he dejado encendida de noche (por aquello de los hombres-lobo).
Apago la luz, su luz... que aún tengo un plan de vida... mi tienda de abarrotes en un pueblo pequeño, adornada con velas por si viene un cliente en la noche a buscar una manzana, y mientras en la gran ciudad alguien anuncia la construcción de un puente mal ubicado.
Y por eso es bueno ver a l@s que siguen pensando que son más importantes las ideas que la gente aunque sólo sea para escondernos en un rincón de alcohol y otros varios; aunque no queramos que nadie traiga el día para limpiarse lagañas de contradicciones; contradicciones que debemos tener, contradicciones que existen y lo anormal sería no tenerlas y que incluso a ellas y con ellas hemos sido coherentes. Incluso les tomamos afecto.
Aún hay gente a la que le importan más las ideas que la misma gente; es banda que no entendemos que nos pase lo que nos pasa. Pero por eso podemos rechazar a la gente y por eso nos desechan como basura o infectados de influenza, ni siquiera queriendo tocar las cosas que hemos tocado.
Yo prefiero, ya, vivir escondido dejando la parte de realidad que me corresponde a algún arquitecto o ingeniero o un político que son gente a las que les sirve la realidad. Que construyan un puente con esa parte mía que no quiero; o un edificio cuadrado; o que se embriaguen de poder. Y que les sirva lo que les he donado y sean felices con eso… mis libros robados, mi ipod robado, mis libros mojados que ya secos parece que en vez de agua sobrevivieron a un incendio. Tienen quemaduras. Y hay mucho de poesía en eso. Trágica azotada y melancólica poesía de libros quemados: quisiera cortar páginas a los libros que se salvaron, los intactos, y pegarlas quirúrjicamente a las hojas maltratadas y pensar que se regeneran y que sus páginas sus portadas cobran la piel que tenían. Ahora sí Clive Barker parece que salió de ultratumba.
Ya prefiero no saber; ya estoy cansado de pelear. Si quieren lo inmediato, lo fácil, lo digerido, búsquenlo encuéntrenlo y disfrútenlo que se lo merecen: lo que ganan lo que visten lo que usan a quienes saludan a los lugares a donde van las fiestas la pose la indiferencia el sabotaje la traición la maraña el no estar la lucha por causas justas como que se recicle o se ayude a los indígenas a construir sus techos se coma verde (ensaladas lechuguita y todo eso) se haga yoga y lean libros se promueva plaplaplaplapla...
Yo una vez más opto por lo inmediato también.
Y salgo.
Y apago la luz pero no por ahorrar energía sino porque siempre he apagado la luz en el día; y la he dejado encendida de noche (por aquello de los hombres-lobo).
Apago la luz, su luz... que aún tengo un plan de vida... mi tienda de abarrotes en un pueblo pequeño, adornada con velas por si viene un cliente en la noche a buscar una manzana, y mientras en la gran ciudad alguien anuncia la construcción de un puente mal ubicado.