Por fin encontré un texto decente sobre El Infierno, de Luis Estrada, película que considero quita más de lo que da y hace peor daño cuando según pretende reflejar la realidad de nuestro sangriento país y reflexionar sobre ello.
Para empezar, el filme es un chiste y además un chiste repetido ya en tres ocasiones con los filmes anteriores. Como ocurre con los chiste repetidos, deja de causar gracia; es más, incluso llega a molestar. Si bien el tono es de sátira, no hay sátira sin inteligencia; y lo que vemos no es un estilo de dirección lo que se repite sino una fórmula inmediata cuya primera intención es ser taquillera:
- Primero lanzan una obvia estrategia de mercadotecnia al protestar una 'clasificación equivocada' y alegar censura. La censura es el oxígeno que se necesita para que arda la fogata de la taquilla (efecto 'Crimen del Padre Amaro')...
- La supuesta denuncia de la realidad en nuestro país que sólo descansa en imágenes del tipo violentas y en otras de tipo más inocente como la foto de Fox o de la Virgen en segundo plano mientras se habla de corrupción, o el cura recibiendo dinero para bendecir una pistola. Pero cinematográficamente no hay mayor nivel de lectura que el de una barata telenovela.
- Lo más indignante es que tanto se quejan los directores sobre la falta de recursos que tenemos para crear cine pero bien que se los apropian. No debería gente como Luis Estrada y su generación pagarse sus propias películas o buscar coproducciones extranjeras y dejar los fondos nacionales a las nuevas generaciones que realmente no cuentan con ningún apoyo? Cuándo, realmente, estos dinosaurios dejarán paso a las nuevas generaciones? O cuándo, simplemente, harán las películas que quieran sin quitar más recursos -de los que no hay-?
- Lo más triste, y he aquí la importancia de este filme aunque de manera negativa, es que la película de El Infierno es una herramienta para digerir con chistes la realidad de nuestro país; para que 'el mexicano siga riéndose de su desgracia'. Y para mí, vivir con humor nuestra violenta realidad, es un chiste que ya no debería causarnos gracia.
Este es el primer texto decente que me he encontrado al respecto: